El Día Internacional de la Mujer Trabajadora ó Día Internacional de la Mujer, conmemora el esfuerzo que han hecho las mujeres a lo largo de la historia para lograr ser miembros activos en la sociedad y hacer valer sus derechos en todos los ámbitos de la vida. Desde Corpore Fisioterapia queremos hacer un pequeño homenaje a aquellas primeras mujeres fisioterapeutas que abrieron camino y nos han permitido poder ejercer esta profesión.
El papel de la mujer en el siglo XIX se reducía a ser madre y buena esposa, el trabajo o estudio se consideraba impropio, por tanto la primera oposición para cualquier profesión era la familiar.
Les estaba vetado todo tipo de enseñanza y en 1882 se prohibió su acceso a la Enseñanza Superior.
En 1910 se firmaba en España la Real Orden que permitía el acceso de la mujer a la universidad, pero el estudio de la anatomía por parte de una mujer se consideraba vergonzoso. A pesar de que en el s. XX las mujeres acudían a la universidad, pocas eran las que ejercían pues se debían al hogar, al cuidado de marido e hijos y a la atención doméstica.
Nuestras pioneras en Fisioterapia fueron un grupo de enfermeras británicas que fundaron la Society of Trained
Masseuses a finales del XIX, destacando la británica Rosalind Page (1855-1948), y la sudafricana Lucy Marianne Robinson (1853-1921), unas adelantadas
de la Enfermería y la Fisioterapia.
Debemos nombrar al Doctor Andrew Taylor Still, precursor de la Osteopatía que en contra de su
época, permitió a las mujeres ingresar en su
American School of Osteopathy. Sólo una cuarta parte de aquel primer curso iniciado en 1892 eran mujeres, siendo Jeanette Hubbard Bolles la primera mujer en obtener el título de
Osteopatía.
Recordar la labor en los inicios del siglo XX, de la australiana Elizabeth Kenny, que
dedicó gran parte de su vida, a combatir las secuelas de la terrible epidemia infantil conocida como poliomielitis.
Honramos a estas y a todas las que continúan luchando por convertir en hecho el derecho a la igualdad, que como dijo Homoré de Balzac en 1799, “…tal vez sea un derecho, pero no hay poder humano que alcance jamás a convertirla en hecho”.
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